Todo empezó en Can Claric, una masía en ruinas escondida entre los bosques de Hortsavinyà. Empeñados en vivir de la tierra, buscábamos con poco acierto una forma de ganarnos la vida y arreglar la casa.

Fué allí donde, con voluntad de recuperar el conociminento y las técnicas tradicionales, decidimos estudiar las hierbas y sus propiedades, para bajarlas al mercado de Tordera y ofrecerlas a quienes buscaban alternativas para cuidarse de forma natural.

Cerca de dicha masía hay una pequeña ermita que saluda los transeúntes del camino a Pineda de Mar. Se llama Ermita de l'Erola, un nombre que describe el pequeño claro situado a la cresta de la montaña que lo acoge. De allí cogimos el nombre que, lejos ya de ése lugar, sigue conectándonos con su tierra.

Mercado tras mercado sumamos más de 40 años de gélidas mañanas de invierno y abrasadores soles de verano, tozudos seguimos adelante, con la misma ilusión y mucha más experiencia. Camino, poco a poco, a nuestra particular erola.

No usamos bolsas de plástico para llevar productos, sólo de papel Kraft.

Envasamos las hierbas con el mínimo plástico posbile, a la espera de encontrar otras soluciones viables más sostenibles.

La gran mayoría de nuestros productos son hechos por nosotros o comprados a productores y negocios nacionales.

Gran parte de nuestra cosmética natural es ecológica.

Nuestras hierbas, tes y especias están libres de pesticidas y se someten a contoles muy estrictos para evitar contaminantes.

Estamos abiertos a sugerencias para ir mejorando nuestra sostenibilidad, ya que es un tema complejo para un negocio pequeño como el nuestro.