Minimieles

Aunque no está certificada como ecológica, nuestras abejas son cuidadas con prácticas respetuosas: no se alimentan con azúcares ni siropes artificiales, y no se añaden aditivos de ningún tipo. La trashumancia (el desplazamiento de las colmenas para aprovechar distintas floraciones) permite una producción diversa y de alta calidad, pero impide la certificación ecológica.

Esta miel es 100% pura, ni hervida ni pasteurizada, sin mezclas con azúcares ni siropes, y proviene exclusivamente de pequeños apicultores familiares que se encargan de todo el proceso: desde la recolección hasta el envasado.

Para nada. La miel pura puede cristalizar con el tiempo: un proceso natural que no afecta a su calidad. Algunas partidas se someten a un suave calentamiento a 40 °C durante cinco días para mantenerlas líquidas por más tiempo, sin alterar sus propiedades. Las que no reciben este tratamiento se consideran miel cruda, y pueden presentarse líquidas o cristalizadas según el tipo.

De hecho, si la miel cristaliza suele ser señal de que no ha sido tratada ni mezclada de ninguna manera.

Sólo se puede comprobar en laboratorios. No existe ningún método casero para poder comprobarlo, ni por densidad de la miel, ni por su cristalización, ni por interacciones con el agua.

Ningún método que corre por internet funciona, actualmente hay sustancias muy sofisticadas que son indistinguibles de la miel en pruebas caseras.

En el laboratorio se pueden ver las partículas de polen en la miel pura. Según el tipo de polen y su cantidad, puede deducirse la procedencia de la miel y si ha estado adulterada. Además se combina con otras pruebas para asegurar el resultado.

La mejor manera de asegurarse una miel de calidad, es conociendo los apicultores que la producen o comprarla a un establecimiento de confianza que conozca bién los apicultores con los que trabaja.